Fotografía Terapéutica

FOTOGRAFÍA INTROSPECTIVA

"Una cámara es una extensión de nosotros mismos, un apéndice para acercarnos al universo… Esto es el Zen en el arte de la fotografía: descubriendo el universo, nos descubrimos a nosotros mismos."

ROBERT LEVERANT

Para experimentar plenamente la fotografía como un ejercicio meditativo, se requiere una actitud de verdadera receptividad y apertura, lo que equivale a decir una atención plena. Es decir, ser consciente de mi momento presente, sin juzgarlo, observando el momento en el que me encuentro. La plena atención implica un rechazo de las ideas preconcebidas junto con una actitud de apertura a lo que sea que podamos recibir. Es lo opuesto a la atención, en la que centramos nuestra en una sola cosa. Mediante esa "mente deprincipiante” estamos conscientes, abiertos a la belleza y al conocimiento que nos brindan los lugares comunes.

Esto implica romper con una percepción estereotipada, y con nuestra tendencia natural a no darnos cuenta de lo familiar, habituados como estamos al mundo que nos rodea En la atención plena, el sujeto se enfrenta a los hechos desnudos de su experiencia, observando cada instante como si ocurriera por primera vez y eso lo hace en la primera fase de la percepción, cuando su mente es receptiva en lugar de. reactivar. Aprender a calmar completamente la mente en situaciones cambiantes puede ser una herramienta muy útil en nuestra fotografía. De hecho, lo que aquí defendiendo es que prestar atención a lo que está sucediendo a nuestro alrededor en el momento en que fotografiamos también es una manera. de meditación.

Llevar a cabo gradualmente nuestra experiencia fotográfica como una meditación reflexiva que nos permitirá sentir nuestra vida de un modo diferente, aceptando la ambigüedad de un presente efímero, ligado a un pasado que ya no está y disponible para un futuro aún por definir. En la inmediata experiencia fotográfica puedo parar, prestar atención a mi respiración y sentir los latidos de mi corazón. Al centrarme en cada detalle de todo lo que ocurre con la misma atención, la conciencia revela una idea clave: yo también formo parte de esto, no hay nada a lo que pueda aferrarme como “mí” o “mío”. Por tanto, lo que observa, lo acepta y lo fotografía. No hay nada indigno de ser aceptado.

Todo esto tiene que ver con el modo como vivimos y tomamos decisiones conscientes, con el modo como usamos nuestro conocimiento y nuestra cámara para disolver la ilusión de separación entre el yo y el sujeto. En esto consiste la unión de nuestra práctica espiritual con nuestra práctica de la fotografía.

Los invitamos a descubrir una nueva forma de ver....